
Agustina Piñeiro llegó a los 35 años con una sola convicción: "dejar de vivir escondida y prisionera del prejuicio y el qué dirán". Dice que comenzó su cambio de grande, pero el cambio llega siempre cuando se está preparado para atravesarlo. Hoy Agustina tiene 40 años, es una mujer trans y se define como "soñadora, cantante, actriz y modelo, una mujer formada y en constante aprendizaje, con valores y convicciones". Basta hablar con ella para comprobarlo.
"Mi transformación fue algo que me costó mucho tiempo tomar la decisión para hacerla y obviamente acompañada por una psicóloga. Fue un poco duro porque primero tuve que aceptarme y poco a poco comenzar el proceso, eso incluía el enfrentarme al mundo, y buscar de qué forma hacerlo". Nació y se crió en Uruguay, pero eligió la Argentina porque cree que la sociedad del país es más abierta y acepta más rápido los cambios sociales. Pero de inmediato reconoce que "eso es para el afuera, porque son más hipócritas y prejuiciosos que los uruguayos, quienes conservan una forma de vida y no la ocultan".

En ese proceso, Agustina reconoce el papel que jugaron sus amigos y su entorno más íntimo. "Pensaba que iba a perder a mis amigos, que mi familia me iba dejar de lado y que me iba a quedar sin trabajo. Imaginate, llena de miedos e intrigas". Pero no fue así, sus amigos la alentaron y acompañaron en el proceso, "mi familia me dijo siempre vamos a estar acá para vos y te queremos".
Para su sorpresa, el lugar donde encontró una respuesta aún más favorable fue en su trabajo. "Al principio costó un poco pero entendieron con el tiempo, se fueron acostumbrando e incluso me ayudaron a hacer mi cambio de nombre en todos mis documentos. Obviamente fue un aprendizaje para todos ellos, y a mí me tocó educarlos desde el lado de la información".
La vida cotidiana comenzó a presentarle preguntas recurrentes de la gente. "¿Cómo que era una chica/o trans? ¿Cómo era mi vida cotidiana? Y la pregunta más importante de todas: ¿De dónde había sacado el valor para enfrentar todo y a todos? A lo cual respondí y aún respondo: Solo me cansé de vivir escondida, y prisionera del prejuicio y el qué dirán."
Para una chica trans, el proceso de cambio y el camino que se abre a partir de ahí, requiere de apoyo profesional indispensable, porque hay puntos de confusión, es posible que se sientan perdidos y con sentimientos contradictorios, para lo que es necesario contar con una guía que permita acomodar el rumbo a cada paso. "Mi consejo para esas personas que hoy en día están pensando en hacer el cambio es: Buscá ayuda profesional, pero un profesional con el cual tengas conexión, y creer en uno mismo, en que todo se puede. No estamos buscando aceptación de nadie, sino sólo la nuestra para ser quienes queremos ser, buscamos que nos respeten como a cualquier otro ser humano."

Artista y modelo
La moda, el teatro y el cine parecen ser hoy la salida laboral más común para una chica o chico trans, especialmente con la ley de cupo laboral. Y ahí es donde Agustina decidió poner su pasión, que nació desde que era muy chica. "Cuando iba al primario, dice ella, siempre me anotaba en todas las kermeses de la escuela para bailar, actuar y decir poemas. Luego fui creciendo, la vida me llevó por otros caminos pero siempre tuve lo artístico a flor de piel. Así que decidí prepararme y comencé a estudiar canto, música, actuación, locución, modelaje, y hoy en día además de ser mi trabajo son mis pasiones". Hoy Agustina está organizando su propio show, junto a artistas invitados, y se lanza junto a su pareja a la producción artística. "También estoy terminando mi primer disco con canciones propias y otras de buenas compositoras, con algunos covers clásicos y en abril se viene mi primer videoclip".
Y como si esto fuera poco, Agustina participará de la segunda edición de Vivir Mujer, en un super desfile que se prepara para el 8 de marzo, día de la Mujer. Cada faceta de Agustina forma parte de un conjunto que es su personalidad, de lucha y pasión por lo que es y siente, donde también hay espacio para la acción solidaria (intentará realizar un show con algunos artistas invitados a total beneficio del merendero Pequeños Gigantes de Varela que atiende a más de 100 chicos en situación de vulnerabilidad).
Pero lo que Agustina transmite es un mensaje no solo de superación sino también de modelo de vida que nos incluye a todos: "Jamás bajar los brazos, los momentos difíciles son para que cuando lleguen los buenos los podamos disfrutar porque los tenemos merecidos".