
Con 32 años, nació en Paraguay, pero eligió vivir en la Argentina porque en América Latina “es el país más inclusivo”, opina. “Es muy difícil ser una mujer trans en Paraguay, donde hay mucho machismo y fobia. Acá es distinto, y no es algo menor que exista la Ley de Identidad de Género".
Así fue como Anna Scappini optó por venirse al país, con el objetivo de estudiar y trabajar. Hoy asiste a la Universidad de Quilmes, donde cursa dos carreras. "Una vez que empecé mi cambio a los 26 años, fui despojada de todos mis derechos (socialmente hablando) ya que en ningún lado contratarían a una trans para trabajar por miedo al que dirán la gente.. en ese caso decidí partir para la Argentina, sabiendo que aquí podía cambiar mi nombre mi genero y comenzar todo de vuelta sin miedo a vivir", asegura.
A partir de 2019 comenzó a correr, algo que hacía solo por cuestiones estéticas. "Solo salía a correr por para reducir zonas adiposas, jamás pensé que me iba a encantar y apasionar tanto correr". Hasta que fue invitada en 2021 a correr en una competencia del Dia de la Mujer, donde ocupó el puesto 12 de 28 participantes de su categoría. "La verdad no pensé que podía obtener ese lugar y resultado ya que solo fui a participar ese día y primera vez que competía como invitada entonces fue una sorpresa para mi y para todos ya que nadie me conocía en ese entonces".
Anna forma parte del equipo FCmax, corre los 10 kilómetros en 41 minutos, una marca muy buena para un runner, y que la posiciona dentro del grupo de las más veloces de cualquier competencia. Además, entrena seis veces a la semana, y aparte del running, realiza ejercicios de fuerza, ciclismo y natación. Además, las personas trans cambian sus cuerpos a través del TRH (Terapia de Reemplazo Hormonal), adecuándose al género autopercibido controlando el nivel de testosterona, para así no tener ventajas en lo deportivo. A ello adecúa su entrenamiento y "según lo que me indique mi entrenador Jorge Milman, me preparo los programas semanales o si hay alguna carrera pre vista me arma un plan especifico, normalmente mi entrenamiento es de 6 días a la semana".
No sólo el entrenamiento corporal está presente en su rutina, si no también el trabajo psicológico es parte fundamental de su preparación para la competencia. "La parte psicológica la trabajo mucho para estar fuerte y afrontar todo esto que es nuevo y desconocido, y esta demás decir que lo desconocido siempre asusta en la sociedad. En cuanto a la competencia trato de hacer las cosas bien y en orden para que todas podamos competir en armonía".
En el deporte, especialmente el running y el atletismo se habla mucho de motivación, en especial cuando la superación es de uno mismo, en lo mental y lo físico. Anna habla de una motivación especial: "Me motiva ser la primera en mi género en el atletismo y que puede llegar a abrir caminos a otras chicas en el atletismo y/o deporte en general. Es muy importante fomentar la inclusión. Es practicar un deporte entre personas sin importar color, raza, religión o genero usando las mismas reglas. Es un derecho a gozar del deporte en igualdad de oportunidades".
Entre sus aspiraciones para el futuro está correr las competencias nacionales como federada, rango que ya consiguió a costa de mucho esfuerzo y sacrificio. "El correr me permite constantemente trabajar en una mejor versión de mi misma" asegura. Es la quinta de siete hermanos, planifica "mover el avispero institucional del deporte" pero lo que subyace detrás de ello es que un futuro para Anna, es que una persona trans desee anotarse en un deporte no sea un hecho noticioso.