
Acaba de ganar el Martín Fierro a mejor cronista de la televisión argentina, en la primer entrega de premios después de la Pandemia, por las temporadas 2020 y 2021. Sergio Fabián Rubino, desde hace 17 años en América TV, y 17 años previos en Radio Mitre, se quedó con la primer estatuilla entregada en la ceremonia y se la dedicó a todos los cronistas que "salieron a la calle en medio de la cuarentena" por el Covid.
"Este es el premio de todos los movileros, que un 20 de marzo del 2020 pusieron su pecho y salieron a trabajar, con un barbijo y alcohol en gel". El periodista alzó su reconocimiento para recordar a Miguel Fernández, que murió en junio de 2021. "Sin él no estaría hoy aquí, fue mi cámara, mis ojos, puso su cuerpo y su alma por su profesión", afirmó ni bien recibió la estatuilla, y ya más tranquilo unos días después hablamos con él acerca de su presente y futuro en la profesión.
"No se cuando decidí ser periodista, siempre tuve la profesión en mi alma, es mi pasión, era mi ilusión llegar a la radio o la tv de Buenos Aires que en mi pueblo era lo único que se veía, y creo que lo conseguí". Rubino es de la ciudad de Tapalqué, Provincia de Buenos Aires, a unos 270 kilómetros de la Capital Federal. Se recibió de periodista en 1988, pero pudo ejercitarlo cuando ingresó en Radio MItre "sin ningún padrino y sin ninguna garantía para alquilar", cuenta sobre sus inicios.
"Siento la ventaja de poder crear, contar las historias con mi propia impronta, transmitir los hechos de esa manera no tiene precio. El tiempo te va dando la madurez para que no te afecte tanto", dice Fabián y asegura no haber necesitado nunca de un psicólogo. "En mi trabajo me la paso hablando, pero llego a casa y casi no hablo, amo el silencio".

Sobre la actualidad de su profesión, cree que "cada vez van quedando menos años, hay muchos jóvenes que vienen empujando, pero trato de vivir el día a día, ya no proyecto y disfruto el momento. Tampoco me muero por conducir o participar de un programa."
El presente lo preocupa al igual que a todos, en especial en Argentina y su familia. "Como miembros de una nueva era, mis hijos están en otra cosa. A veces no los entiendo pero hay que respetarlos. Viven su vida y siento que sus prioridades pasan por otro lado. Es otra sociedad, la llegada de internet la modificó, todo es distinto también en la calle. El diario que leíamos nosotros ya no está, el celular es un órgano más de nuestras vidas. Ya nada volvió a ser lo que era antes".
En más de 30 años de periodismo, llenos de experiencias y anécdotas, divertidas y de las otras, recuerda la búsqueda de un mono en Palermo. "Se había escapado, y estaban todos los medios. Pero al mediodía se fueron todos y quedé yo solo. En un momento de relax, uno de mis compañeros gritó: 'Ahí está el monoooooo!' . Y salimos todos detrás del animal para anunciar que lo habíamos encontrado, fue algo realmente divertido".
En tantos años de periodismo, de calle, de coberturas, no tiene preferencia por una nota como "la mejor. Siento que a la gente le caigo bien, se ríen conmigo y eso es algo que no tiene precio. He hecho reír, llorar y emocionar, todas las notas fueron y son importantes, pero quizá la mejor sea la que está por venir".
